martes, 24 de septiembre de 2013

El lobo se levantará.

A veces no entiendo nada, me siento como un lobezno, abandonado, uno que no ha sido guiado, por un clan, rechazado, simplemente desamparado.
No hay explicación, no hay palabras, para describir la situación, la ausencia, la falta de esencia, de alma. Buscando emoción en cosas que con el tiempo solo se convierten en una carga, haciéndome doblar mi espalda y caer cada vez mas.

Y una vez en el suelo, cierro mis ojos, y al respirar mi olfato percibe el olor a derrota, entonces me tiendo, ahí, en ese suelo frió, donde cada vez mas me siento menos vivo. El sol me abandona, la luna se oculta tras nubes oscuras, dejándome en total penumbra. En un lóbrego lugar, donde solo suenan mis ideas, mis pensamientos, chocantes, vacíos.

Durante horas, presencié mis recuerdos, amargos, pesados, hasta que una voz rompió el silencio de la nada. Era mi alma, molestas, frustrada, llena de rabia, me invadía, me quemaba, me gritaba, y al sentirla me sacudí, quitándome así los fragmentos, las memorias, todo el peso. Una vez ligero, me levante, y con calma el entorno miré y enlazado a mi ser, hacia un rumbo empecé a caminar, con el propósito que a gritos por dentro yo reclamaba.


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